jueves, 11 de junio de 2009

El Pensamiento “Maritenista” en un Mundo Convulsionado




La obra de Maritain no sólo es trascendente por su contenido y coherencia sistemática, sino también por el momento histórico en que surge. Por una parte, un mundo divido por el ambiente de la pre-guerra, las guerras mundiales, por las ideologías totalizantes que imperaban en Europa, y por posteriores y largos años de bipolaridad causado por la guerra fría. 

Por otra, un mundo donde las diferencias entre ricos y pobres, trabajadores y empresarios, eran abismantes. La condición de la clase obrera era por decir lo menos, paupérrima. La libertad entonces, era amenazada tanto como las condiciones de justicia de los pueblos. 
América Latina a su vez, vivía sumergida en la más grande de las anarquías políticas y para que decir, de las miserias sociales. 

Los populismos cundían en los estómagos vacíos y la violencia era el único medio de entender y organizar la sociedad. Chile no vivía ajeno a todo ello, y un periodo de larga anarquía institucional era fruto principalmente de tardías y mediocres respuestas sociales a la situación en la que vivían los estratos obreros y campesinos de nuestro país. 

El marxismo, a través de las agrupaciones obreras principalmente, se propagaba. Los gobiernos sólo atinaban a reprimir las protestas que iban en aumento. Quizás, la matanza de la escuela de Santa María de Iquique, sea el hecho que mejor grafica el contraste que existía entre las políticas de gobierno y la situación de los obreros. La Iglesia Católica chilena carecía de una respuesta clara y concreta y de este modo perdía su lugar preponderante en el alma del pueblo y los trabajadores.



Los Tres Pilares del Pensamiento de Maritain 
En un agitado contexto mundial y americano surge el pensamiento “maritenista”, como una voz liberalizadora, una voz de justicia, una voz de paz y de verdad; pensamiento que pudiésemos resumir en tres elementos principales, se sintetizarían en: una insaciable búsqueda de la verdad, un respeto sagrado por la persona humana y por último, de la justicia social como fuente de paz. 


Como primer elemento, la búsqueda de la verdad se expresa en Maritain en medio de un mundo encandilado por las ciencias. El positivismo jurídico, el cientificismo, los modernismos, los ideales de eterno progreso y la diosa razón desvelaban a la Europa de la preguerra. La ciencia había triunfado sobre toda fe religiosa. Entonces Maritain entiende que la razón ha de estar al servicio de un bien trascendente. 

La verdad está puesta al servicio de la salvación de las almas pero también de las sociedades, sobre todo de aquellos que viven en la miseria. En esto, definitivamente León Bloy va ser quien marcará decisivamente su espíritu aguerrido y fiel a la verdad a todo costa. Sin embargo no entendía Maritain este concepto de búsqueda de la verdad en un sentido arrogante. 

Así, en el prologo del estudio de Henri Bars sobre su pensamiento político, escribe: Yo no he soñado jamás con guiar a nadie, puesto que tengo bastante trabajo con guiarme a mí mismo, y ya es bastante decir la verdad tal como uno la ve. Entonces existirá una sola gran verdad de la que Maritain se sentirá portador, la del Evangelio, y como tal no podía transmitirse de otra manera que con humildad y sencillez, exento de todo iluminismo, lo que lo diferencia de muchos de sus pares de la época.

De su búsqueda por la verdad vivificada en el Evangelio nace inevitablemente, un segundo elemento, su concepción trascendente de la persona. El respeto a la vida como un bien inquebrantable ( que muy bien plasma en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de las Naciones Unidas, de cuya elaboración Maritain fue un activo participe en representación de la delegación francesa). 

Este, es uno de los conceptos que mejor y más profundamente desarrolla uno de sus principales discípulos, Emmanuel Mounier, que dio origen al “Movimiento Personalista” francés a través de la revista “Espirit”. La persona inserta dentro de una comunidad en la cual es irremplazable. Ningún atropello a uno siquiera de los individuos, so pretexto del bien de la comunidad, se justifica. 

De manera tal que en la sociedad el vínculo de la persona con la comunidad es tan orgánico que se puede decir de las verdaderas comunidades, que son, realmente y no de forma figurada, personas colectivas, personas de personas. El personalismo ofrece una solución nueva, porque ni la persona puede sobreponerse a la comunidad, ni esta a la persona. 

Nace lo que hoy denominamos tolerancia. El respeto de la vida humana, por lo que es, por lo que significa, por lo personal, valga la redundancia, e intima que es la vida. Sin obviar, que eso implica que aquella riqueza humana, ha de extenderse en beneficio de toda la sociedad. En lenguaje cristiano, se resume, en la presencia de real de Cristo en cada uno como Cuerpo Místico.

En tercer lugar, la verdad y el amor profundo por la persona, desencadenan en Maritain, un necesario y profundo compromiso integral por la justicia social. Sin justicia social, todo el ideal democrático se diluye. Esto necesariamente conlleva a catástrofes y fracasos como el vivido en la Europa de principios de siglo.

Como escribió Maritain, otra gran causa del fracaso de las democracias modernas para realizar la democracia, es el hecho de que esta realización exigía ineluctablemente cumplirse tanto en el orden social como en el político, y que esta exigencia no fue satisfecha. La justicia como fuente de paz y de fraternidad, se imponen como un deber para un cristiano. La situación de miseria de los pueblos, no era más que manifestación del pecado del hombre que había renunciado a la verdad refugiándose en si mismo. Las palabras de este viejo luchador nunca se dejaban de escuchar, escandalizando, sin duda, a muchos: Jamás renunciaremos a la esperanza de una nueva cristiandad, a un nuevo orden temporal de inspiración cristiana.

En definitiva, el amor por la verdad que lo conduce a las profundidades del misterio del hombre y su vida en sociedad, que conlleva al imperativo compromiso social y cristiano, permiten sintetizar el pensamiento, que en este caso se transforma, en vida de Maritain.



<¿Cómo se inserta el pensamiento de Maritain en la lógica de la sociedad chilena actual? 
Los tres elementos descritos anteriormente y que constituyen la base de entendimiento de la concepción de Maritain, hoy en día están sometidos de forma casi absoluta a un relativismo en términos morales tanto de la clase política, como del conjunto de la sociedad. 

¿En qué se traduce este relativismo?:
Esencialmente en una liberalización extrema a nivel social, donde el liberalismo confina la moral- si es que acepta alguna- a la opinión absolutamente subjetiva de la conciencia individual y, por añadidura, su individualismo desliga al ser humano del organismo social y sus estructuras intermedias. 

Esto se expresa claramente en un progresivo consumismo y un arrivismo a nivel social que tiene a los chilenos convertidos en esclavos del trabajo para poder escalar posiciones más altas y en último término tener acceso a una determinada capacidad adquisitiva y a un prestigio social mayor. Es lo que el sociólogo Eugenio Tironi llamaría la arremetida del consumidor por sobre del ciudadano. 

Este mismo autor ilustra de forma perfecta esta situación: En el Chile actual el consumo va mucho más allá de su aspecto material: tiene también una dimensión simbólica. A través del consumo las personas se identifican, se distinguen, se comunican. En los 90, amplios sectores de la población han accedido por medio de los objetos que consumen, al imaginario capitalista internacional. 

De esta forma esta misma dinámica social ha destruido todo tipo de estructuras sociales que revistan algún grado de colectivismo en la superación de los problemas que plantea la vida moderna.

El efecto de este confinamiento de lo moral a lo individual, tiene por resultado inmediato que se anule cualquier tipo de certidumbre frente al futuro y cada cual busque defender su parcela de poder. Al respecto Maritain nos recuerda que “si cada cual adhiere a sus propias convicciones, ¿no tratará cada uno de imponerlas a todos los demás?. 

En consecuencia, el vivir juntos ¿llegará a ser imposible si cualquier ciudadano adhiere a sus convicciones y cree en una determinada verdad?. No es raro-prosigue Maritain,-encontrar gente que piensa que el no creer en ninguna verdad, o el no adherir firmemente a ninguna afirmación considerada en sí misma como una verdad inmutable, es la primera condición requerida de los ciudadanos democráticos, para tolerarse mutuamente y vivir en paz en sí... 

Es este- continúa el filósofo- un método suicida. Y esto por que ninguna sociedad democrática puede vivir sin una común creencia práctica en verdades que conciernen a la libertad , la justicia, la ley y a otros enunciados de la democracia, como porque al asumir inicialmente la ley del universal escepticismo, anularía cualquier creencia en aquello que es objetiva e inquebrantablemente verdadero, así como cualquier otra verdad .

Este confinamiento de lo moral a lo individual, también se ha visto reflejado en el curso que ha tomado la acción política, tendiente cada vez más a atender problemas individuales antes que avocarse a la solución de los grandes dramas sociales. 

La acción política conlleva la necesidad de dejar de lado lo que se considera conceptos ya añejos y reemplazarlos por temas de segunda generación y que surgen como denuncias ante atropellos a los intereses individuales. 

Así, los grandes problemas a enfrentar no son otros que “los problemas de la gente”, es decir, el ruido que provoca el vecino desatinado que hace una fiesta hasta altas horas de la noche; el excesivo cobro en los peajes a la salida de santiago o las coimas a funcionarios de gobierno para agilizar alguna iniciativa. Si nos remontamos a la raíz de estos problemas, veremos que todos tienen su causa en actos desarrollados por particulares entorno a lo que ellos consideran son sus derechos y sus libertades, pero sin consideración a su entorno o a lo que es el bien común.

Podríamos concluir, después de este análisis, que el panorama es ciertamente desalentador. Pero no lo es menos que el panorama de otras épocas. La crisis de las democracias, aunque no del todo, tiende a superarse. Sin embargo una ola de relativismo amenaza con derrumbar todo aquello huela a fe y a convicción. La conciencia social ha penetrado amplias capaz de la sociedad, sin embargo seguimos viendo familias destruidos o personas, especialmente jóvenes, que no le ven sentido a su vida. 

Las relaciones laborales han mejorado sustancialmente en relación a las condiciones de principios del siglo pasado, sin embargo las instancias de encuentro comunitario ha decaído al interior de las empresas, al tiempo que el obrero cada vez tiene menos oportunidades para estar con su familia. Las condiciones de la vivienda popular ha mejorado, y aunque no del todo, bastante. 

Sin embargo, en los barrios, vemos al vecino cada vez con más temor y los espacios públicos de fraternidad más reducidos; en fin.

Y es que ciertamente los desafíos de nuestro tiempo son diferentes a los del convulsionado mundo del siglo XX, mas no por eso se nos plantean desafíos menores. Quienes han sido históricamente portadores del mensaje humanista- cristiano deberán enmendar el rumbo, entender el profundo sentido político, social, pero también espiritual que encierra su doctrina y no olvidar que el mensaje inspirador, el mensaje evangélico de Cristo, es imperecedero y trascendente.

Ante nuestro nuevo escenario, Maritain nos llama a pensar con estas palabras, pienso que Dios nos educa con la ayuda de nuestras decepciones y de nuestros traspiés, para hacernos comprender en definitiva que no debemos creer sino en Él y no en los hombres. Gracias a noventa años de vida y después de treinta años de su muerte, el mensaje de Jacques Maritain sigue estando vigente entre nosotros. 


Notas

1. Emmanuel Mounier, “Revolución Personalista y Comunitaria”, Ediciones Sígueme, 2002. Pagina 91.

2. Jacques Maritain, “Cristianismo y Democracia”, 1942. Ediciones Pléyade, Bs. Aires, 1971. Pagina 32.

3. Javier Gonzalez Echenique, Setenta y cinco preguntas, La Derecha, un enfoque chileno, Colección Ideas I, Instituto de Estudios Generales, Junio de 1991 Impresores Alfabeta.

4. Eugenio Tironi, La irrupción de las masas y el malestar de las elites.

5. Fernando Moreno Valencia, La Democracia según Maritain,

6. Eugenio Tironi, La irrupción de las masas y el malestar de las elites.

miércoles, 10 de junio de 2009

Resumen del libro "El contrato Social" de Juan Jacobo Rousseau



Libro I

El hombre es libre por naturaleza, sin embargo, las circunstancias sociales lo mantienen atado; aquel que nace obligado a obedecer y obedece hace bien, pero si es capaz de enfrentarse a suesclavitud y superarla, obra mucho mejor aun. Así demuestra que fue creado para disfrutar de lalibertad, si no tiene derecho de discutirla.

Las primera sociedad, por naturaleza es la familia, aunque el lazo se rompe al terminarse la necesidad de un hijo hacia un padre, comúnmente sigue habiendo una relación que sin forzosa ni natural, es más un convenio; así pues toda sociedad es un convenio. El cual tiene jefes y subordinados. Y aunque unos nacen para mandar y otros para ser esclavos, no es porque haya distinción, es solo porque así ha existido.

El derecho sobre los demás jamás significara nada si emana de la fuerza, ya que esta palabra significa potencia física, y si alguien sucumbe ante la fuerza, no es un acto de obediencia, si no un acto de necesidad o prudencia, así que el derecho no nace de la fuerza, ni se está obligado a obedecer, además, si la razón está dada por el derecho ante los demás, significa que cada que hubiese alguien más fuerte la razón cambiaria de significado, no teniendo jamás un sentido común, por lo que las relaciones no podrían darse.

El derecho de esclavizar a las personas no la da la superioridad en fuerza, la esclavitud no es parte de la naturaleza social y mucho menos de la naturaleza humana. Ni la guerra da el derecho de esclavitud, solo el de obediencia, el derecho de matar a los enemigos en una guerra pueblo a pueblo es sensato, solo cuando este tiene arma en mano, en caso contrario, la matanza es inhumana y sin sentido.

La sobrevivencia individual de las personas sería imposible; así que la única forma de lograrlo es unir fuerzas. Muchos hombres forman parte de un todo a favor de un bien común, esto es el pacto social, pero cuando el pacto se rompe y se deshace la alianza, cada individuo recupera su naturaleza primitiva; la libertad. Pero como el objetivo es colectivo, no debería haber intereses personales en un pacto social, impidiendo así que se desintegre, pero si los hay, entonces ese pacto social es tiranía.

La soberanía de cada individuo se encuentra dentro de una sociedad, existe esa alianza que obliga al individuo a actuar bajo el bien común, pero esto no significa que tenga que estar de acurdo con todo, sin embargo no puede incluir un interés personal hacia el resultado de la búsqueda del bien común.

Lo que pierde el hombre por el contrato social es su libertad natural y un derecho ilimitado a todo lo que intenta y puede alcanzar; lo que gana en él mismo es la libertad civil y la propiedad a todo lo que posee.

El derecho de primer ocupante, aunque más real que el del más fuerte, no llega a ser un verdadero derecho sino después de establecer la propiedad. Todo hombre tiene naturalmente derecho a lo que le es necesario; pero el acto positivo que le hace propietario de algún bien le excluye de todo lo que queda. Esto es que, cada individuo tiene derecho a poseer algo, pero para esto, no debe tener ya un dueño, que solo se acupe lo necesario para vivir, y que se acupe por medio del trabajo y no de simples actos vanos como la compra.

Libro II

La soberanía es inalienable porque es el ejercicio de la voluntad general, jamás deberá separarse del individuo miembro de una sociedad, y que el soberano, que no es mas que un ser colectivo no puede ser representado por alguien mas, solo por el mismo; el poder se transmite, pero no la voluntad. Aunque no es imposible que la voluntad personal sea igual que la voluntad colectiva, si es imposible que este acuerdo este presente siempre; aunque si esto llegara a ocurrir seria solo coincidencia y no parte del proceso.

La soberanía también es indivisible porque cada persona tiene voluntad y esta crea una voluntad general, la declaración de esta voluntad es soberanía y por tanto es ley. No se puede dividir la soberanía en su concepto, por lo que muy a menudo lo hacen en su objetivo, es como si dividieran a una persona, a uno les toca una parte, y muchos políticos lo hacen a los ojos de todo el pueblo.

La voluntad general es recta y tiende constantemente a la utilidad publica; pero no siempre las deliberaciones del pueblo tengan la misma rectitud, Siempre quiere uno su bien, pero no se lo ve siempre bien; nunca se corrompe al pueblo, pero se le engaña a menudo, y entonces es cuando parece querer lo que es malo. Asi pues, para tener una buena voluntad publica general, es necesario que no existan sociedades dentro de los estados, si no que cada persona opine de acuerdo con su modo de pensar.

El pacto social da al cuerpo político poder absoluto sobre todos los suyos, este mismo poder, que dirigido por la voluntad general, toma el nombre de soberanía. Cada individuo enajena, mediante el pacto social, bienes y libertad, pero el mismo ciudadano es el juez que juzga estas necesidades.

El contrato social tiene como fin la conservación de los contratantes, se quiere conservar la vida a expensas de los demás, pero también se debe exponerse por los demás cuando sea necesario. Cuando el estado le dice a un individuo que para el bien de la comunidad debe morir, morirá, por que a expensa de ella había vivido en calma, y su vida ya no es un derecho natural, si no un convenio con el estado. En el contrato social no se dispone de la propia vida, solo se garantiza. Cuando se aplica la pena de muerte, se le hace como enemigo, no como ciudadano, pues el malhechor ataca las leyes del estado y le declara la guerra. En un estado bien gobernado hay pocos castigos, no por que se exoneren muchas cosas, si no por que hay pocos criminales.

Es necesario que haya contratos y leyes para unir los derechos a los deberes y conducir la justicia a su objeto. Las leyes son realmente las condiciones de la asociación civil. El pueblo sumiso a las leyes debe ser el autor de las mismas.

Para elegir las leyes soberanas que son necesarias para la nación, sería necesaria una inteligencia superior capaz de conocer todas las reacciones humanas sin experimentar ninguna. El legislador es el mecánico que inventa la maquina y el que le da movimiento. El legislador es un hombre extraordinario en el estado, no solo por su cargo si no también por su inteligencia. El que manda a los hombres no debe mandar a las leyes, el que manda a éstas o debe mandar a los hombres; de otro modo sus leyes, dirigido de sus pasiones, no harían a menudo sino perpetuar sus injusticias: el legislador no podría evitar nunca que intereses particulares alterasen la soberanía de su obra. El legislador antes de levantar leyes examina al pueblo, para destinar las que crea convenientes y el pueblo pueda soportarlas.

El pueblo no es más que el lugar y las personas que serán gobernadas, de aquí radica el poder que tendrá dicha nación, el pueblo debe ser disciplinado para poder alcanzar grandes metas, un pueblo con costumbres y vicios arraigados es un problema muy grande querer corregirlo. El pueblo pasa por etapa de juventud y de madures, comúnmente en la etapa joven es donde el pueblo es mas dócil, en la madurez es incorregible.

Los pueblos, al igual que las personas, tienen un tamaño natural, ni tan grande para poder ser gobernado, ni tan pequeño para que garantice su existencia. Fuera de estos parámetros se consideran gigantes o enanos, pero que al paso del tiempo, tienden a extinguirse. En todo cuerpo político hay un maximun de fuerza, el cual al superarse, los lazos sociales se dilatan, y a mayor dilatación más debilitación del mismo, así que proporcionalmente, un estado pequeño es más fuerte que uno grande.

Un cuerpo político (estado) puede medirse de dos maneras, por su extensión territorial y por el número de habitantes. La proporción para un estado ideal imposible de dignar, pues depende mucho de factores como la fertilidad de la tierra, del nivel de consumismo del pueblo, de fertilidad de las mujeres, etc. Pero es aquí donde aplica lo del nivel maximun de gobierno, cuando hay demasiado terreno, la vigilancia se vuelve pesada, la produccióninsuficiente innecesaria. Siendo esta la causa de guerras defensivas; y cuando el terreno es escaso, el estado se halla por necesidad la adquisición de nuevas tierras, entrando así en guerras ofensivas con sus vecinos.

Todos los sistemas de legislación... se reduce a dos objetos principales: Libertad e igualdad. La legislación debe siempre procurar la igualdad no de poder ni riqueza, si no que los ciudadanos estén libres de toda violencia y que no se ejerza jamás solo que para cumplir las leyes. La legislación no es igual para todos los pueblos, pues dependen de la actitud de su pueblo para obedecerla.

Para ordenar el todo, existen diversas relaciones que es preciso considerar, la primera es la acción de obrar el todo por el todo, o del soberano para con el estado. Las leyes que regulan las relaciones del todo se les conocen como leyes políticas o fundamentales. Las que regulan las relaciones entre los soberanos o el soberano con el cuerpo entero se les conoce como leyes civiles, otro tipo de leyes son las leyes penales, que son las que dan relación entre el miembro de la sociedad con la desobediencia y el castigo al que conlleva esta; son las sanciones. A estos tres tipos de leyes, se le suma una más que es la de mayor importancia, y que es la que la mayoría de los políticos ignora, se habla de los usos, costumbres y opiniones, que al fin y al cabo, son las que rigen el comportamiento de la sociedad.

Libro III

El gobierno no es más que un cuerpo intermediario establecido entre los súbditos y soberanos para su mutua comunicación, encargado de la ejecución de las leyes y del mantenimiento de la libertad, tanto civil como política. Los miembros de estos cuerpos se llaman magistrados o reyes; es decir, gobernadores. En el gobierno se distinguen dos partes que mueven el poder, uno lo conocemos como el poder legislativo y el otro como el poder ejecutivo. El poder legislativo pertenece al pueblo, pero el poder ejecutivo no puede pertenecer a la generalidad ni a la soberanía, porque este poder se basa en actos particulares que no son la base de la ley, pero que rigen a la sociedad. El gobierno, para ser bueno, tiene que ser mas fuerte conforme supoblación crece. Además debe haber un equilibrio, el gobierno debe disponer de gran fuerza para contener al pueblo mientras que el cuerpo soberano debe ser igual de fuerte para contener al gobierno. Aunque es necesario que en el gobierno haya un yo particular con sensibilidad propia que tienda a la conservación, existen asambleas, consejos etc, que ayudan a deliberar y resolver problemas para que no haya intereses propios arraigados en el mando.

En una legislación perfecta, la voluntad propia debe ser nula; la voluntad común, propia del gobierno, debe estar muy subordinada; y, por lo tanto, la voluntad general debe ser la dominante y constituir la regla única de las otras. En el orden natural, distinto al ideal, la voluntad general es siempre la más débil, la del cuerpo ocupa el segundo rango y la partícula el primero de todo. El gobierno se debilita a medida que los magistrados crecen, también mientas mas se incrementa el pueblo, mas la fuerza reprimida.

La división del gobierno se efectúa de la siguiente forma: la parte soberana es la mayoría, cuando hay más soberanos magistrados que simples individuos a esto se le conoce como democracia. Cuando hay más simples ciudadanos y el poder queda en mano de la minoría, a esto se le conoce como aristocracia. Y cuando todo el poder queda en mano de un solo magistrado, se le denomina monarquía. Existen mas formas de gobiernos, cuando un gobierno se subdivide y se combinan las formas de gobiernos estas se multiplican y salen nuevas formas para gobernar. Siempre se ha deliberado que si cual es la mejor forma de gobierno, lo que no se ha considerado es que cada una es mejor en diferente tiempo y en diferente circunstancias y en otras la peor.

En la democracia, es donde las decisiones son tomadas por el mayor número de personas. No es bueno que el que hace la ley las ejecute. Nada es tan peligroso como las influencias privadas en los negocios públicos. No ha existido ni existirá jamás una verdadera democracia, es contra las leyes naturales que el mayor numero de personas gobiernen y que un menor numero sea gobernado. Un gobierno tan perfecto no es propio de hombres.

La aristocracia, es donde la minoría del pueblo gobierna a una mayoría. En la aristocracia, existen dos voluntades generales, una con relación a todos los ciudadanos, y la otra de todos los miembros de la administración. Existen tres clases de aristocracias, natural, electiva y hereditaria, la primera es propia de los pueblos pequeños, la tercera es la peor que puede existir, y la mejor, propiamente dicha, es la segunda, donde se eligen a los gobernantes.

En la monarquía se considera a un solo soberano como poseedor de todo el poder, único en disponer las condiciones de las leyes, llamado monarca o rey. Este individuo representa una colectividad moral, la voluntad del pueblo, del príncipe, la fuerza publica del estado y particular del gobierno se ven reflejados en el mismo ente. En este sistema de gobierno, todo se dirige hacia un mismo fin, pero que nunca es la felicidad del pueblo, y constantemente se cambia la administración en perjuicio del pueblo. La filosofía monárquica marca que los reyes quieren ser tiranos, para dejar huella, además de que buscan que el pueblo sea miserable y débil para evitar que este se le resista, los gobiernan a partir del miedo.

No existe gobierno cuya forma sea simple, es necesario que un jefe único tenga magistrados y que un gobierno popular tenga un jefe único, así en la participación del poder ejecutivo existen varios niveles, donde el inferior depende el superior y viceversa. La forma simple de gobierno es buena por el simple hecho de ser simple, pero cuando este no se da abasto es necesario dividir el gobierno, por lo cual concluimos que la forma de gobierno ideal tiene mucho que ver con el pueblo y la situación en la que se esté.

La libertad no es fruto de todos los climas, y por lo tanto no está al alcance de todos los pueblos. Las diferentes formas de gobiernos encajan mejor en diferentes circunstancias y en diferentes ambientes, en la democracia, el pueblo sufre menos, pero su producción es menor, la aristocracia, el pueblo es relativamente más castigado, pero son pueblos medianos, y en la monarquía, cae todo el peso del sufrimiento en el ciudadano, pero son pueblos muy grandes y prósperos. He aquí porque cada forma de gobierno encaja mejor en una diferente circunstancia.

Determinar cuál es la mejor forma de gobierno no es una tarea ni fácil no posible, por las ya aclaradas circunstancias. Pero determinar si el gobierno que se tiene va por buen camino es relativamente sencillo, si volvemos a las bases de las asociaciones, y recordamos cual es el punto principal de estas, que es la supervivencia de los soberanos, podemos decir que un pueblo que se multiplica y crece, sin importar el régimen que tenga, va por buen camino, mientas que otro que se declina y muere, va por mal camino.

En el momento en que el gobierno usurpa la soberanía, el contrato social se rompe; y los simples ciudadanos que entran por derecho en su libertad natural tienen que obedecer no por obligación, sino por violencia. Es entonces cuando el estado puede entrar en disolución, esto puede ocurrir de dos maneras: primeramente cuando el gobernante no administra el pueblo de acuerdo a las leyes y usurpa el poder soberano, y este se vuelve dueño y tirano del pueblo. O cuando los miembros del gobierno usurpan el poder que deben ejercer en conjunto, infracción de las leyes que produce desorden.

Es parte de la inclinación natural que los gobiernos mueran, si los imperios mas poderosos han decaído, por que esperar que alguno perdure para siempre. Como todo gobierno lo que da vida es la soberanía, donde las leyes envejecen pueden asegurarse que no hay poder legislativo y que el Estado ha muerto.

Poblar uniformemente el territorio, establecer en todo él los mismos derechos; llevar a todas partes la abundancia y la vida; así es como el Estado será a un tiempo el más fuerte y el mejor gobernado. Recordar d que los muros de las ciudades se forman solamente con los restos de las casas del campo. Como analogía, diremos que, cuando se ve levantar en la capital de un país un palacio para el gobernante, se puede ver la caída del mismo.

No hay necesidad de encerrase entre muros para sobrevivir, es necesario darle identidad a la nación para lograr la conservación del Estado.

El gobierno no tiene jurisdicción cuando el pueblo se encuentra frente a éste, porque "allí donde se encuentra el representado ya no hay representante.

Toda ley que no haya sido ratificada por el pueblo en persona es nula, y no es ley. Puede reunirse el poder exterior de un gran pueblo con laadministración fácil y con el buen orden de un Estado pequeño. Es necesario que el individuo no sea apático con el llevar de la nación y que toda ley que conlleva este propósito tiene que ser ratificada por el pueblo en persona, caso contrario esta no es valedero. Establecer a la nación en Estados pequeños donde la administración de todo cuanto sea ha de ser mas fácil, y se detiene en ofrecer un estudio mas amplio respecto de la confederaciones y susprincipios.

Hay sólo un contrato en el Estado y es el de la asociación; y éste excluye todos los demás. El Estado no existe si no por un contrato estipulado, entre El Estado, Ley y Ciudadanía, además de los cuerpos de administración de dar leyes y de ejecutarlas.

Libro IV

Mientras que varios hombres reunidos se consideren como un solo cuerpo, no tienen sino una sola voluntad, que se refiere a la conservación común y el bienestar general. Entonces todos los resortes del Estado son sencillos y vigorosos; sus máximas son claras y luminosas; no existen intereses embrollados no contradictorios; el bien común se muestra evidente en todas partes..."

Es necesario que el acto soberano del voto se ejerce con toda libertad, así como el de opinión, proponer, de dividir y de discutir, estas son voluntades que van ah a vigorizar al Estado y lograr una existencia holgada.

"El hombre, nacido libre, es dueño de sí mismo, y nadie puede, bajo ningún pretexto, someterlo sin su consentimiento."

Es de necesidad que el hombre, que no es más que parte del pueblo pueda ejercer su derecho a voto, afín de que exista un Estado de derecho, de elección universal que le va a dar la necesaria autoridad para existir. Para la elección se necesita de la inteligencia propia, para la suerte bastará solo el buen sentido, la justicia y la integridad, sea uno u otro hay que asegurar que todo el universo del pueblo esté presente en estas elecciones, se describe como esto también se manejaba políticamente, que cada asunto o peculiaridad, eran usadas a provecho muy personal.

Las tribus de la ciudad que estaban más a la mano fueron a menudo más fuertes en los comicios, y vendieron el Estado a los que compraban los votos de la canalla que componían aquellas. Describe la forma de organización comunal que tenían los romanos a fin de tener los comicios mas organizados de la época, así se organizaban den curias, decurias, centurias y cantones. Eran interesantes las técnicas de voto como el secreto y público, sus pros y contras, además que aun allí ya existía que los votos se vendían y así se compraban y vendían decisiones y consciencias. Este mal ya era realidad aquellos días, a hoy esto se a refinado muy técnicamente, pero tienen al mismo actor repugnante, al hombre.

El tribunado, es el conservador de las leyes y del poder legislativo. Sirve algunas veces para proteger al soberano contra el gobierno, otras para sostener al gobierno contra el pueblo. También para mantener el equilibrio de una parte y de otra. Es mas sagrado y reverenciado, como defensor de las leyes, que el príncipe que las ejecuta y el soberano que las da."

El tribuno obra de acuerdo al poder de la ley, y es imparcial a la existencia de la constitución. En la crisis que hacen establecer la dictadura, el Estado es pronto salvado o destruido, y pasada la apremiante necesidad, la dictadura se hace tiránica o inútil. A pesar que nunca se debe de detener la sagrada fuerza de las leyes, hay tiempos donde por la salud de la patria, la ley da paso a la designación de un dictador para sanar a la patria de un eminente ruptura del gobierno, el mandato era defender la patria sin atentar contra ella, para ello el tiempo de permanencia del dictador debería ser muy corto, así se le daba a éste sólo el tiempo para lo cual se le nombró. Así como la declaración de la voluntad general se manifiesta por la ley, así la declaración del juicio público se manifiesta por la censura. La opinión pública es una especie de ley cuyo censor es el ministro. Es necesario tener una estima muy elevada para censurar al Estado. A veces el pueblo aún no lo puede hacer por que el mismo estaría censurándose, y solo sirviera para conservar las costumbres y opiniones rectas. Los hombres no tuvieron al principio otros reyes que los dioses, no otro gobierno que el teocrático. Se describe a un pueblo muy religioso, que tenían muchos dioses, resalta las circunstancias de la venida de Jesús, a establecer un reino espiritual sobre la tierra, la separación saludable del Estado a la religión. Pues este reino de Jesús era de otro mundo.

Las religiones que debe haber dentro de un pueblo son:

  • La religión del hombre, esta no tiene templos, altares ni ritos, su culto es interior del Dios supremo, a los deberes eternos de la moral, es en resumen la religión pura del evangelio.

  • La religión del ciudadano, es asentada en determinado país, da a éste sus dioses, sus tutelares, tiene dogmas y sus cultos prescritos por leyes, los que lo hacen fuera son infieles.

  • La religión extravagante, que da a los hombres dos legislaciones, dos jefes, dos patrias, y que los somete a deberes contradictorios, resulta de esto una especie de derecho mixto e insociable, que no tiene nombre.

Considera políticamente estas tres clases de religión. Y concluye el tema aún mas excelente: no hay ni puede haber religión exclusivas, se deben tolerar todas las tolerantes, con tal de que sus dogmas no se opongan a los deberes del ciudadano.

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